- Lávalas con agua fría: El agua caliente puede enganchar las fibras del algodón y hacer que la prenda pierda su forma. Usar agua fría o tibia ayuda a conservar el tamaño original y los colores vivos por más tiempo.
- Use un detergente suave: Algunos detergentes contienen químicos agresivos que pueden dañar las fibras del algodón. Opte por productos suaves y evite el uso excesivo de suavizantes, ya que pueden afectar la transpirabilidad del tejido.
- Evite la secadora a altas temperaturas: El calor intenso puede hacer que el algodón se encoja y se desgaste más rápido. Lo ideal es secar las prendas al aire libre y a la sombra para evitar la decoloración. Si necesita usar la secadora, hágala en un ciclo de baja temperatura.
- Planchalas con el ajuste adecuado: Si la prenda se arruga, utilice una plancha a temperatura media o alta, dependiendo del grosor del algodón. Para evitar marcas o daños, plancha del revés o coloca un paño delgado entre la plancha y la prenda.
- Almacénalas correctamente: Guarda las prendas de algodón en un lugar fresco y seco, evitando la humedad para prevenir la aparición de moho o malos olores. Dóblalas en lugar de colgarlas si son tejidos muy livianos para evitar que se deformen.